A fines de 1995, la Unión Europea inició negociaciones sobre un acuerdo bilateral de libre comercio con el Mercosur (el mercado común entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) en reacción a las presiones de los Estados Unidos por un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Un acuerdo político se alcanzó en junio de 2019 pero el trato todavía está por firmarse.
El TLC entre la UE y el Mercosur —que puede llamarse un acuerdo interregional o más simplemente un tratado bilateral entre dos mercados comunes— estaba programado para culminar en octubre de 2004. Pero ambas partes no lograron ponerse de acuerdo sobre las ofertas finales que ofrecía cada una de ellas. Entre otras cosas, el Mercosur no estaba satisfecho con las disposiciones de acceso al mercado agrícola de la Unión Europea y la Unión Europea encontraba que faltaban propuestas del Mercosur para abrir su sector de telecomunicaciones y mejorar la protección de las indicaciones geográficas europeas. Los comentaristas responsabilizaron más en general del fracaso de las conversaciones a la debilidad política de ambas partes.
Las discusiones se reiniciaron en 2005 y la Unión Europea proyectaba lograr un acuerdo para 2006; sin embargo el reinicio de las negociaciones se ha ido postergando indefinidamente a raíz de la resistencia de los países de América del Sur a abrir algunos mercados y de la negativa de los europeos a recortar subsidios agrícolas.
En 2010, las negociaciones comenzaron de nuevo, aunque con muchas altas y bajas. Debido a cambios políticos en América Latina, se aceleraron las negociaciones, en la medida en que los países del Mercosur abandonaron sus “líneas rojas”, sus reticencias, en las negociaciones, lo que permitió que la Unión Europea bajara sus cuotas para la carne de res y el etanol. Eventualmente las conversaciones ocurrieron sin resultados substanciales.
Las negociaciones se relanzaron en 2016, estuvieron a punto de cerrarse en 2017 y 2018. Todos los rumores en torno a una “guerra comercial”, especialmente entre Estados Unidos y China, apuraron a las partes a concluir las charlas. Tras la filtración de unos borradores (en febrero de 2018), las organizaciones de la sociedad civil de ambos lados del Atlántico fueron críticas con el impacto del acuerdo en los empleos, las empresas pequeñas y medianas, el acceso a servicios públicos (tales como medicamentos), regulaciones de interés público y sobre el ambiente.
El 28 de junio de 2019, La Unión Europea y el Mercosur entintaron un acuerdo político, días después de que más de 340 movimientos sociales de ambos lados demandaran frenar las negociaciones sobre la base de que deterioraban los derechos humanos y las condiciones ambientales de Brasil, bajo el mandato del presidente de extrema derecha, Jair Bolsonaro.
Aunque el borrador final no se ha terminado aún, se sabe que el acuerdo abrirá el mercado de la UE a 99 mil toneladas de carne de res y a 180 mil toneladas de aves de corral producidas en América Latina, lo que concito la ira de los granjeros franceses e irlandeses. Se protegerán 335 indicaciones geográficas europeas y 220 del Mercosur, relativas a alimentos, vinos y bebidas espirituosas. Se ha criticado al acuerdo por beneficiar a los agronegocios.
La versión más reciente publicada del capítulo de propiedad intelectual requiere que las partes se unan ya sea a los convenios UPOV 78 o a UPOV 91, una serie de reglas semejantes a las patentes de protección de variedades que evitan que los agricultores guarden sus semillas. No extiende las patentes de medicamentos más allá de los estándares de los ADPIC (los Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual Relativos al Comercio), a diferencia de los modernos tratados de libre comercio como el nuevo TLCAN (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte).
Algunos grupos en América Latina han criticado acremente el acuerdo argumentando que liberalizar los mercados de adquisiciones puede entorpecer los esfuerzos por instrumentar políticas regionales de desarrollo y reglas comerciales que incluyan estándares sociales y ambientales.
Quienes respaldan el acuerdo argumentan que esto forzaría a Brasil a replantar 12 hectáreas de bosque tropical amazónico. Pero en agosto de 2019, conforme los incendios devastaban el área, Francia, Irlanda y Luxemburgo amenazaron con bloquear el acuerdo a menos que Brasil honrara sus compromisos ambientales.
Los textos que se han liberado hasta ahora por:
El mandato filtrado de las negociaciones con la UE (en francés): https://www.bilaterals.org/?ue-mercosur-directives-de
Luciana Ghiotto (Attac Argentina) contribuyó a este texto.
última actualización: septiembre de 2019
Photo: Stop TTIP Italia