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’Estamos negociando con piratas’

El Nuevo Dia | Ibagué (Colombia) | 25 de agosto 2004

’Estamos negociando con piratas’

por OSCAR A. VARÓN B.

"Estamos negociando con un pirata". Esa es la afirmación que lanzó Aurelio Suárez Montoya al preguntársele por el acuerdo comercial que adelanta Colombia con Estados Unidos. El presidente de Unidad Cafetera apoyó su tesis en que es evidente el interés de la potencia en aspectos como propiedad intelectual y biodiversidad; en este último los norteamericanos jamás se comprometen con protocolos internacionales y sí ostentan la mayor explotación de microorganismos en el planeta. En lo relacionado al sector agropecuario, Suárez criticó los negociadores gringos, quienes solicitaron la eliminación de las franjas de precios pero reiteraron que no están dispuestos a eliminar sus subsidios. Cafés basura vienen siendo mezclados, aromatizados y reexportados por las transnacionales.

La negociación del sector agropecuario en el Tratado de Libre Comercio es evidente, de lo contrario los productos agrícolas no estarían en la canasta D. Así lo manifestó Aurelio Suárez, presidente de Unidad Cafetera y uno de los académicos en el país que más conoce sobre el sector agropecuario.

En el tema cafetero, sostuvo que la triangulación del grano es una estrategia comercial, con base en la cual Estados Unidos se consolidará como exportador de procesados en el mundo en el mediano plazo. En su opinión el tema cafetero no es ajeno al TLC, por el contrario tiene una incidencia directa en el futuro de la producción nacional.

Cronograma

“El solo hecho de que exista un cronograma que lleva a una desgravación a cero hace prever que la mayoría de los productos agrícolas serán reducidos en sus aranceles hasta el mínimo.

“Habrá que recordar el tema del maíz en el acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos, en donde este producto se desgravó en un período muy amplio de 15 años. Los aztecas perdieron el 60 por ciento del mercado nacional.

“Para el caso colombiano, el hecho de que un producto como el arroz tan sensible en el Tolima se encuentre en la canasta hace evidente que existirá una desgravación, ya sea lineal o gradual, pero confirma que ya hay una decisión tomada.

“Este tipo de manejo sugiere las intenciones del Gobierno, y aunque no estoy de acuerdo con el TLC, ciertos cambios y movimientos muestran que el equipo negociador del país no se detendrá en su finalidad de firmar un acuerdo comercial, sin saberse a costa de quienes”, sostuvo Suárez.

Aranceles e imposiciones

Para Suárez, las exigencias están planteadas por parte del equipo gringo. “Los juicios y las exigencias de partida de la negociación no pueden augurar un buen panorama, pues el equipo negociador de EE.UU ha descalificado, para su conveniencia, herramientas tan sensibles y necesarias como la franja de precios.

“El país está negociando con una potencia que considera legales sus subsidios e ilegal un mecanismo como la franja de precios. La negociación en ese marco no deja nada bueno que esperar”, indicó Suárez.

Para el presidente de Unidad Cafetera, la imposición del grupo negociador estadounidense, además de las franjas, también se puede leer en el tema del algodón, donde han mostrado su interés por que se tenga como base el arancel vigente a 18 de mayo de 2004 cuando el precio estaba a siete centavos de dólar la libra, en tanto que el Gobierno ha sostenido que se haga de acuerdo con los precios del 24 de junio cuando se comenzó a marcar un vertiginosos descenso en el valor internacional.

“Si se pacta a un precio alto y con las exigencias del equipo norteamericano el algodón nacional no durará tres años más. Un precio alto haría que se desmonte la protección arancelaria y quedaríamos a expensas de los precios de las grandes bolsas, que una temporada serían altos y en otras muy bajas. Lo mejor para el equipo colombiano es pactarlo a un bajo costo internacional manteniendo los mecanismos correctivos; sin embargo, reitero que lo mejor es que no exista negociación”, dijo Suárez.

Pero aún el algodón puede estar incluido en la cadena textil que se negocia en el Atpdea, en donde es posible que los gringos accedan a ampliar los beneficios para el sector confecciones a cambio de que se les compre el algodón, o que se mantenga el algodón a cambio de que se permita la venta de agroquímicos. En medio de esta dinámica el futuro algodonero es totalmente incierto.

Patentes

Por otra parte, Suárez sostuvo que un tema como el de propiedad intelectual y otros reglamentos son de mayor interés para la potencia del norte, incluso más que los diferentes productos y accesos comerciales, tanto en lo que brinda como en lo que ofrece.

“Este es un tratado donde se negocian reglamentos, normas y disciplinas, y la predilecta es la propiedad intelectual, pues a través de ésta ellos buscarán obtener un monopolio en medicamentos, semillas y agroquímicos por medio de las patentes y la marca registrada o el derecho de obtentores.

“En propiedad se la van a jugar y vendrán con todo, incluso por encima de los demás productos. Preocupa sobre este aspecto que el Gobierno haya permitido que Carlos María Correa saliera de la mesa de negociación por un veto por parte del equipo estadounidense, cediendo a sus pretensiones.

“Con el caso Correa, da la sensación de que Colombia sentó su posición de genuflexión frente a los intereses norteamericanos en esta mesa.

“Ahora bien, la sentencia de Estados Unidos de que si no hay mesa de propiedad intelectual no habrá tratado, es demasiado diciente y revela la importancia de este tema para los negociadores gringos”, sostuvo Suárez, quien agregó que “la expulsión del negociador, más allá del hecho en sí, sugiere en términos políticos la forma en que un negociador da su pulso a vencer del que lo aprieta.

En el tema de biodiversidad, Suárez llamó la atención de que peligra el patentamiento de microorganismos para sus intereses científicos y comerciales de los Estados Unidos.

“Hay que tener en cuenta que estamos negociando con un país que no se ha comprometido con ningún convenio internacional de la comunidad mundial. Estados Unidos firmó pero no ratificó el convenio de biodiversidad, ni ha firmado ni ratificado el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena. “El escenario actual sugiere que Estados Unidos es un pirata internacional en biodiversidad que jamás se ha comprometido con ningún convenio, en tanto que Colombia se muestra como un Caballero ingenuo dispuesto a depender de la buena fe de su socio”, sostuvo Suárez.

Café

De otra parte, el tema cafetero tiene un inminente peligro en el marco del TLC. “Lo más grave que ha pasado en la materia agrícola es la solicitud del Gobierno norteamericano de pedir acceso inmediato a productos con valor agregado de café. Estamos hablando de importaciones para Colombia por parte de EE.UU de cafés procesados.

“La situación es la siguiente: Estados Unidos constituye hoy la cuarta potencia del mundo que exporta café, aunque nadie lo crea. Su estrategia comercial es la de comprar cafés basura de 10 centavos de dólar por libra procedentes de Vietnam, África y Brasil, posteriormente los mezcla, saboriza y los vuelve a exportar junto con café verde.

“USA es el primer proveedor cafetero de Canadá con dos millones 500 mil sacos. Sin duda, permitir el ingreso de este producto es una agresión contra los mercados emergentes.

“Así las cosas, es latente el peligro de que por la ampliación de las fronteras agrícolas puedan ser insertados en Colombia estos granos procesados industrialmente que no cuentan con ninguna calidad. Nos van a meter un gol inmenso con la anuencia del Gobierno.

“Colombia se debe preparar para la invasión de café procesado, por lo que resulta incomprensible la actitud de Gabriel Silva, gerente de Federacafé, que ha sostenido que los cafeteros no tienen ninguna amenaza en el marco del Tratado de Libre Comercio”, denunció Suárez.

El ingreso de Estados Unidos en la Organización Internacional del Café, OIC, en opinión del Presidente de Unidad Cafetera tiene como propósito habilitar ciertas normas de calidad en detrimento de otras para consolidar sus objetivos de procesamiento y aromatización de cafés basura para ser exportados al mundo.

“Quedará otro margen que es de los cafés especiales, pero este es pírrico en el mundo, pues apenas existe una demanda de ocho millones de sacos especiales de los 105 millones de sacos que se consumen en el planeta al año.

“De acuerdo con el comportamiento internacional, tengo la sensación de que el país debe prepararse para un segundo coletazo en materia cafetera y agrícola, mientras que internamente seguimos desconociendo el alcance de estos hechos”, puntualizó Suárez.


 Fuente: ’Estamos negociando con piratas’