Tratado de Libre Comercio o de Mortal Comercio
Tratado de Libre Comercio o de Mortal Comercio
Por Juan Zanabria, 21-3-08
Tal vez no hacia falta tanto sarcasmo en el titulo, sin embargo creo que lo de mortal, es el más adecuado de los términos. El solo pensar en un tratado de libre comercio (TLC) con los Estados Unidos, ya de por si es algo mortal.
Las diferencias económicas de las industrias de ambos países, es gigante, enormemente alejadas una de otra. Lo que claramente, en un TLC, perjudicaría al país mas pobre, o en vías en desarrollo, para no ser tan crueles.
La política histórica de los Estados Unidos de crear el ALCA, en toda Sudamérica, se fue diluyendo, para reencarnarse en este nuevo proyecto llamado TLC, que pretende llevar a cabo los objetivos de su predecesor, a través de un camino más lento, pero igual de efectivo.
En junio del 2006, el senado colombiano, aprobaba con 54 votos a favor y 16 en contra el TLC. Entre otros puntos, se definía las modificaciones en cuanto a los asuntos laborales, ambientales, y de propiedad intelectual, en lo referido a la salud pública, tal vez el punto más controversial.
Ahora bien, ¿pueden engañarse tanto a si mismo los gobernadores colombianos, de que el TLC, será beneficioso para su país, así como lo asegura su presidente Álvaro Uribe, al afirmar que esta convencido de que “el tratado es lo mas conveniente para el desarrollo de su país”? evidentemente, si pueden engañarse, o mas bien, los intereses que tienen pueden engañarlos.
No hay nada más cruel para un país pobre o en vías de desarrollo que un tratado de libre comercio con Estados Unidos.
¿Por que, los colombianos creen que el imperio, respetara sus industrias y producciones locales, cuando, por ejemplo, aun no aprueba eliminar los subsidios a sus productores agropecuarios?
Lo que llevaría a que los costos de los productos del campo imperialista sean mucho más baratos en costo en comparación a los productos colombianos, lo cual llevaría a una competencia desigual y destructiva para los productores del país latinoamericano.
Como paso con las Flores colombianas, las cuales no pudieron sortear las barreras arancelarias del imperio y quedaron fuera del mercado de este ultimo.
Un TLC, recordemos, elimina todo tipo de barrera aduanera, por lo que la competencia es pura entre lo nacional y lo importado.
Todos los productos importados entran al mercado nacional, sin pagar ningún tipo de arancel externo, lo cual lo hace casi igual de costo al producto local.
Entonces, pensemos, si lo productos importados norteamericanos invaden el mercado colombiano, los pequeños productores de Colombia serian los perjudicados, porque no pueden competir en precios con los del imperio, los cuales además están apoyados en los subsidios de su estado, mientras que los agricultores cuentan con este apoyo pero en considerable menor medida.
Así también, la propiedad intelectual en el tema de la salud publica, es el capitulo mas aberrante en el TLC. El acceso a los medicamentos se haría más difícil de lo que ya es para el pueblo colombiano, además de destruir a los laboratorios nacionales.
Tampoco se puede olvidar el daño a la CAN (Comunidad Andina de Naciones), que ya no cuenta con Venezuela en respuesta a la firma del tratado. La CAN fue la más perjudicada por la decisión colombiana de firmar el tratado con Estados Unidos, lo que la hará entrar a la región de forma definitiva en materia económica.
Colombia es el primer paso, después seguirá cualquier país dispuesto a entregarse al imperio. Y así sucesivamente, uno por uno, hasta finalmente lograr el ALCA.
¿La solución? La hay, y es el MERCOSUR, mas fortalecido política y económicamente, con la capacidad de enfrentar al imperio y a cualquier potencia mundial. Pero bastante hay que trabajar para esto.
Sin embargo, conocer el TLC de Colombia-USA, es un llamado de atención a todos los pueblos y gobiernos de Latinoamérica: el plan del imperio comenzó nuevamente, o mejor dicho tomo otro camino, porque nunca se detuvo.
