Ecuador dilata su ingreso al Alba
Ecuador dilata su ingreso al Alba
15-10-07
La presencia de Irán en ese proyecto aumenta. Rafael Correa ha dado pasos concretos para unirse a la Alba, pero todavía no hay fecha para su ingreso al grupo.
Redacción Política
El ingreso del Ecuador a la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) está en un compás de espera. La decisión se postergó hasta fin de año, al igual que el retorno de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Ambos temas están atados. El 9 de agosto, el presidente Rafael Correa ofreció a su par Hugo Chávez enrolarse a la Alba, siempre y cuando este decida regresar al bloque andino. “Hemos conversado con el presidente Chávez y le he dicho: tú regresas a la CAN y con muchos gusto enseguida entraremos a la Alba”, declaró ese día Correa, en Carondelet.
Aunque el ingreso oficial a la Alba está en espera, el Ecuador ya ha dado pasos concretos en esa dirección. El 21 de diciembre del 2006, días antes de la posesión de Correa, visitó a Chávez en Caracas. Allí, según el portal de la Televisora Estatal de Venezuela, firmaron una declaración conjunta, “en la que acordaron avanzar en la configuración de la Alba”.
A esto se suma que el país ha participado en varios actos oficiales de ese proyecto integrador, formado por Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua. En abril pasado, por ejemplo, la canciller María Fernanda Espinosa asistió a los II Juegos del Alba, que se realizaron en tierras venezolanas.
Además, en noviembre, Ecuador participará en una feria comercial de los países miembros de la Alba, que se desarrollará en Irán, según confirmó la Cancillería ecuatoriana.
¿En qué consiste e la Alba? Según su portal, se trata de una “propuesta de integración diferente” en Latinoamérica.
Surgió en diciembre del 2004, como respuesta al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que es una iniciativa de los EE.UU., cuyo actual Gobierno republicano busca concretar a través de la suscripción de tratados de libre comercio (TLC) bilaterales o regionales.
Sus presidentes fundadores son Hugo Chávez, Fidel Castro (Cuba) y Evo Morales (Bolivia). En el camino se sumó oficialmente el mandatario Daniel Ortega (de Nicaragua).
En los últimos meses, el bloque de la Alba también se ha aproximado a países que no son parte del continente. Específicamente al Régimen de Irán.
Según ha dicho el canciller venezolano Nicolás Maduro, en el corto plazo se espera que ese país persa -identificado como un enemigo de los Estados Unidos y Francia- sea un país observador.
De hecho, en septiembre, después de una reunión en Caracas entre el canciller Maduro y el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, el Gobierno de Teherán aceptó ser una vitrina comercial de los productos de los países de la Alba, en noviembre.
A la luz de estos hechos, el analista político y columinista venezolano Alberto Garrido sostiene que la Alba más allá de ser un proyecto de integración regional, tiene un perfil “geopolítico”.
“Es un ente geopolítico, que va a evolucionar con un elemento importante que es la aproximación de Irán, lo que en la práctica lo convierte en un ente intercontinental”, insiste.
De momento, los cuatro países miembros de la Alba han estrechado sus relaciones con Irán. Entre Caracas y Teherán existen cerca de 200 convenios de cooperación. Mientras que en junio pasado, Ahmadinejad recibió en Irán a Daniel Ortega, quien dijo que llegaron a una “unión invencible”. Por último, el 26 de septiembre, el Presidente iraní se reunió con Evo Morales, donde raticaron una alianza “estratégica”.
En el caso ecuatoriano, Quito y Teherán han acordado que Irán abra en el Ecuador una oficina comercial, para intensificar el comercio bilateral.
Desde la lectura del ex embajador Luis Narváez, si bien el Ecuador tiene una vocación integracionista en la región, cree que por el momento no es oportuno sumarse a la Alba. Su razonamiento es que debe emplear todas sus energías en empujar proyectos integracionistas nacientes como la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur). “Unirse a la Alba sería distraer esfuerzos”.
Por lo pronto, la decisión final la tiene el presidente Rafael Correa. “Está en análisis, la decisión corresponde al Presidente”, señala la canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa.
