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Porque no debe ratificarse el supuesto Tratado de Libre Comercio entre la CAN y el Mercosur

Y se dice que supuesto porque no se ha firmado ningún tratado entre la CAN y el MERCOSUR, según ha informado de manera tendenciosa el gobierno nacional. Pues el acuerdo lo suscribieron los gobiernos de Colombia, Venezuela y Ecuador, mas no los de Bolivia y Perú, países que también hacen parte de la CAN.

Además de esta manipulación de los hechos, que el ministro de Comercio no pudo negar en la Comisión Quinta del senado, el gobierno nacional interpretó de manera amañada el Artículo 224 de la Constitución Política de Colombia y puso en vigencia lo acordado desde el 1° de febrero pasado, antes de que lo aprobara el Congreso, institución a la que se le impuso ratificarlo o no presionada por los hechos.

Es obvio que el afán del gobierno de poner en vigencia lo acordado con los países del MERCOSUR, apresuramiento que también se expresa en su mensaje de trámite de urgencia al Congreso, tiene que ver con preparar a la opinión pública para que acepte el TLC con Estados Unidos, que es el interés principal del Presidente Uribe Vélez.

De otro lado, el pacto de Colombia con los países miembros del MERCOSUR no debe ser ratificado por el Congreso porque

1. Se diseñó dentro de la lógica de la globalización neoliberal, la cual sacrifica el desarrollo de los países débiles ante los intereses de las transnacionales, que serán las principales beneficiadas con los negocios de exportación e importación que se realicen entre ellas.
2. En el caso de la industria, desaparecerán sectores enteros de la colombiana en los plazos acordados para eliminar su protección.
3. Y el agro nacional padecerá por una mayor competencia con países que producen a menores costos.

En especial, es repudiable la decisión del gobierno nacional de desproteger de manera absoluta el trigo y la cebada en el corto plazo frente a los países de MERCOSUR, sacrificio que preparó las condiciones para concedérselo también a Estados Unidos en el TLC, cosa que ya hizo la semana pasada.

Bogotá, 11 de Mayo de 2005.